Para el omnipresente, aplacar la causa de Monteleone resulto coser y cantar, en el juzgado se ofrecieron como testigos en favor de Martinez, nada mas y nada menos que nueve personas: dos abogados espanoles, otro letrado ruso, dos agentes de jugadores, el camarero que sirvio los cafes, el propietario del local y dos dirigentes del club ruso, entre ellos el presidente del equipo que, ademas, aporto la propuesta contractual destinada al referido futbolista. Otra exhibicion de capacidad de influencia y convocatoria, al alcance de muy pocos. Existe una orden de arresto internacional para Giosue Cecere y varios de sus colaboradores de origen nigeriano, todos ellos residentes en Viana Do Castelo (Portugal). Hasta la DIA, Direccion Investigativa Antimafia, redacto en Napoles un esclarecedor informe que detalla las actividades ilicitas de Cecere.
Tambien acompano en el sentimiento al Señor Cecere y compania, chocar con fuerza contra el muro del poder, esa es la consecuencia mas probable para los que se enfrentan a esta raza. Lo que pretendo al hacer publica esta sucesion de acontecimientos, es que los nuevos duenos del futbol reflexionen e intenten cambiar su metodologia dictatorial. Espero no sufrir las represalias que otros vivieron, solamente me limito a narrar lo que yo considero una critica constructiva. Ahora toca rezar.
Analisis especial merece el siguiente caso: Leandro Martinez Martinez, empresario malagueno, con domicilio en la exclusiva zona residencial "Cerrado de Calderon", denuncio al omnipresente por extorsion en 2012. Segun fuentes cercanas a la investigacion, el miedo que genera Fernando Martinez provoco que Leandro declarase que los hechos sucedieron en una fecha, en la cual, el denunciado se encontraba fuera de Espana; Fernando aporto los sellos que se estamparon en su pasaporte (de entrada y salida), que justificaban su estadia en Rusia, los timbres correspondian con el periodo de tiempo que senalo el denunciante, quien a su vez, incurrio asi en falso testimonio. Moraleja: el tiro por la culata y a cargar con el delito. Pobre tipo.
Los investigadores descubrieron que Leandro Martinez comparte despacho en la empresa Vasanco S.A. con Henricus Maria Van Hoeckel, un empresario holandes que ya habia pisado las carceles espanolas, por blanqueo de capitales procedentes del narcotrafico y asociacion ilicita. Ambos pretendian hacer negocios con el omnipresente. La policia esta convencida de que se trata de un asunto de drogas, en el que Fernando Martinez Vela actuaba de mediador, entre el clan de los holandeses y una familia de etnia gitana denominada "los charros". Algo salio mal, y Felipe Arribas Moreno (lider charro) presiono a Leandro debido a los reiterados incumplimientos de Henricus, quien animo a su amigo a recurrir a la policia, la denuncia por extorsion se produjo como consecuencia del instinto de proteccion de la faccion de delincuentes mas debil.
Tambien acompano en el sentimiento al Señor Cecere y compania, chocar con fuerza contra el muro del poder, esa es la consecuencia mas probable para los que se enfrentan a esta raza. Lo que pretendo al hacer publica esta sucesion de acontecimientos, es que los nuevos duenos del futbol reflexionen e intenten cambiar su metodologia dictatorial. Espero no sufrir las represalias que otros vivieron, solamente me limito a narrar lo que yo considero una critica constructiva. Ahora toca rezar.
Analisis especial merece el siguiente caso: Leandro Martinez Martinez, empresario malagueno, con domicilio en la exclusiva zona residencial "Cerrado de Calderon", denuncio al omnipresente por extorsion en 2012. Segun fuentes cercanas a la investigacion, el miedo que genera Fernando Martinez provoco que Leandro declarase que los hechos sucedieron en una fecha, en la cual, el denunciado se encontraba fuera de Espana; Fernando aporto los sellos que se estamparon en su pasaporte (de entrada y salida), que justificaban su estadia en Rusia, los timbres correspondian con el periodo de tiempo que senalo el denunciante, quien a su vez, incurrio asi en falso testimonio. Moraleja: el tiro por la culata y a cargar con el delito. Pobre tipo.
Los investigadores descubrieron que Leandro Martinez comparte despacho en la empresa Vasanco S.A. con Henricus Maria Van Hoeckel, un empresario holandes que ya habia pisado las carceles espanolas, por blanqueo de capitales procedentes del narcotrafico y asociacion ilicita. Ambos pretendian hacer negocios con el omnipresente. La policia esta convencida de que se trata de un asunto de drogas, en el que Fernando Martinez Vela actuaba de mediador, entre el clan de los holandeses y una familia de etnia gitana denominada "los charros". Algo salio mal, y Felipe Arribas Moreno (lider charro) presiono a Leandro debido a los reiterados incumplimientos de Henricus, quien animo a su amigo a recurrir a la policia, la denuncia por extorsion se produjo como consecuencia del instinto de proteccion de la faccion de delincuentes mas debil.