viernes, 19 de septiembre de 2014

LA CARA OCULTA DEL FUTBOL (16)

Y, aunque Fernando Martinez Vela insiste en asegurar que todo se trata de una lamentable casualidad, poco despues seria nuevamente participe de un hecho vinculado a las drogas: en una calurosa tarde de verano, investigadores del departamento de Narcotrafico de la Prefectura Naval detuvieron en la ciudad de Krasnodar una furgoneta negra de grandes dimensiones con dos personas a bordo. Cuando los registraron encontraron que uno de ellos, Oleg Kostin, tenia en su poder 40 gramos de cocaina. Dmitri Reblov estaba a su lado y en el maletero de la furgoneta habia otros 30 gramos mas.

Lo insolito fue que, cuando revisaron el permiso de circulacion que acreditaba al vehiculo -Z5.569.801-, encontraron que el titular era ni mas ni menos que Fernando Martinez. En dicho documento constaba una autorizacion de conduccion caducada en favor de Alexei Malimov que en esos dias trabajaba para Fer.

Malimov es un nombre conocido en el futbol ruso, los principales fondos de inversion confian en su firma a la hora de personalizar la propiedad de los jugadores, por ello, y tras realizar las comprobaciones pertinentes, la policia de Krasnodar mostro sus respetos ante un individuo que, entre otros delitos, fue condenado en Espana por el asesinato de un funcionario de justicia.

Siguiendo con las casualidades, en 2009 un policia que no quiso dar su nombre denuncio en el programa matinal presentado por Ana Rosa Quintana, que Martinez habia iniciado a su hijo en el mundo de las drogas.

Segun sus propias palabras, habia entrado a la oficina de Fernando como una fiera. "Mi hijo esta enganchado a la cocaina por tu culpa", increpo furioso mientras estampaba un cenicero en la frente de Fer quien llego a exclamar antes de caer herido: "que le den por el culo". Meses mas tarde, el policia en cuestion fue agredido en la puerta de su domicilio por un grupo de tres encapuchados, y segun consta en la denuncia, los agresores hablaban con un marcado acento atribuido a determinados paises del este.

Era la primera escena de un calvario, a finales de 2009, una noche, en la discoteca Budha de Madrid, Fernando Martinez le habria ofrecido la droga a Gonzalo, su hijo.

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