jueves, 25 de noviembre de 2021

MATRYOSHKA 2

Hace Años, se organizaba una fiesta cada Domingo en el Centro de la Ciudad, un evento frecuentado por diversos personajes prestigiosos en el Mundo de la criminalidad, procedentes de Moldavanka, Kotovsky, Ovidiopol, Avangard, del Centro Histórico etc... El speaker encendía los ánimos al grito de un eslogan emblemático: "Para tener una Vida buena, hay que ser malo en la Vida".

Debido a la facilidad de difusión de las redes sociales, estas fiestas tienen una trascendencia desmesurada. Se corre el riesgo de que al Clan rival le resulte indigesto "tu" show, y entonces puede que la banda oponente decida vengarse en cuanto les sea posible. Sucede también que ciertos individuos se mueven de noche por la calle, discotecas y bares, siempre armados, dispuestos a defenderse con el "hierro". La noche del 12 de junio de 2013, Oleg Romanchuk: hijo del Boss (encarcelado a perpetuidad) del Parque Shevchenko, de 21 Años y sin antecedentes policiales, fue agredido junto a sus compinches de la zona de Langeron. Para defenderse, Romanchuk sacó el arma y abrió fuego desde el suelo hacia arriba, hiriendo a ocho personas.

Fue un Milagro que los disparos de Romanchuk no causaran víctimas mortales. Estos lamentables hechos sucedieron en la zona noble de la Ciudad, en esos parques frecuentados durante la Semana por miles de personas "normales", parques que se ensucian los fines de Semana "gracias" al hambre de Poder y a la búsqueda de reconocimiento en las redes sociales, es la viralidad lo que lava el Cerebro de los jóvenes aspirantes a criminales.

Alguien pretendía saciar su sed de venganza. Romanchuk fue detenido dos Semanas después por los agentes del SBU (Servicios de Seguridad de Ucrania). Unos Días antes los agentes de la comisaría de Grecheskaya, también arrestaron al jóven "Capo" de la banda rival, Stanislav Kuchaev, quién fue detenido por poseer una pistola en el Centro Histórico, durante un control policial aleatorio sobre vehículos. Los investigadores comenzaron a comprender la lógica que llevó a este adolescente a planificar un atentado, gracias a la valiosa información que pudieron obtener de su teléfono móvil.

A las pocas semanas, gracias a la indulgencia del juez de menores, Kuchaev festejaba su cumpleaños número 18 sin reparar en gastos, un festejo aderezado con innumerables botellas de champán. Entonces publicó una fotografía en las redes sociales, como respuesta a la banda de Romanchuk; la foto en cuestión acumuló una ingente cantidad de likes y comentarios que ensalzaban la magnitud del evento.

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