-Llevas dos Años mandandole pasta? -le pregunté.
-Llevo dos Años mandandole Dinero a tres muchachas de Odessa -dijo Nicolás.
Gary nos explicó que había abierto un pub en la calle Richelievskaya, el Buffalo 99. Además se lamentaba de que estaba sufriendo extorsiones por parte de dos grupos diferentes. Presumía de que en su local no operaban las infames agencias matrimoniales. Y le recomendó a Nicolás una forma de recuperar el Dinero estafado por Yulia, llamar a George Georghiou, un abogado inglés de origen chipriota radicado en Odessa desde hace muchos Años, este letrado le debía su prestigio a su esposa, Elena Georghiou, una Mujer conectada con algunos de los principales clanes de la Región. George y Elena gestionaban con Éxito el Feod Group, un bufete de abogados con sede en la calle Bolshaya Arnautskaya. George era un experto en el Arte de la diplomacia, capaz de arreglar diferencias entre grupos rivales, era muy respetado por la policía y mantenía una constante relación con los consulados más influyentes de la Ciudad.
Cuando fue descabezado el Clan Akimenko se notaba un vacío de Poder en el norte de la Ciudad, para evitar una Guerra de Mafia en Odessa, los clanes acordaron una 'pax mafiosa'. Una reunión secreta fue posible gracias a la intervención del abogado George Georghiou, capaz de asumir riesgos para definir un acuerdo importantísimo. Se palpaba la tensión entre clanes rivales, la disputa por un territorio que los Akimenko consideraban inviolable. El Clan Hasanalizada, compuesto en su mayoría por individuos de origen azerí, pretendía controlar una parte importante del Mercado del Séptimo Kilómetro, un lugar donde se comercializa con todo tipo de mercancías, incluyendo artículos falsificados y de imitación, contrabando y, sobre todo, la negociación clandestina de divisas.
Acompañé a Nicolás a su primer encuentro con George Georghiou, la cita se celebraba en las oficinas del Feod Group, el edificio estaba protegido por una empresa de seguridad privada, varios Hombres armados se encargaban de identificar a los visitantes. Una recepcionista nos sentó en una sala de espera, quince minutos después de la Hora fijada para la reunión apareció la Señora Georghiou, quien nos hizo pasar al despacho de George.
-Bienvenidos, encantado de conocerles -fue lo primero que dijo el abogado con una sonrisa afilada, en inglés por supuesto.
Nicolás empezó a exponer el motivo de la visita, le dolía más el desengaño amoroso que el perjuicio económico, George escuchaba atentamente con la mirada perdida casi sin parpadear.
-No hay nada que hacer -dijo el letrado.
-Por que? -preguntó Nicolás.
-Le costaría más el collar que el perro. Si usted quiere que la muchacha le devuelva el importe de la estafa, entonces habría que untar a mucha gente -contestó el abogado muy seguro de si mismo.
El intento por recuperar el Dinero fue un rotundo fracaso. A pesar de todo, George anotó el número de teléfono de Yulia y prometió realizar algunas gestiones que, según el, probablemente no servirían para nada.